Lawrence Hayes, un importante sismólogo americano, ha hecho importantes avances en la detección de terremotos y se da cuenta de que la falla de San Andrés se está empezando a desplazar. A consecuencia del deslizamiento, la ciudad de California se sumirá en un auténtico caos cuando es asolada por una oleada de terremotos.
Ray (Dwayne Johnson), un bombero del departamento de búsqueda y rescate, se desplaza hasta el lugar de los hechos para rescatar a su ex-mujer, quien se encontraba en la ciudad en el momento del seísmo.
Cuando la rescatan, llaman a su hija Blake (Alexandra Daddario) para asegurarse de que esté bien, pero ésta se encuentra atrapada en la ciudad con el nuevo novio de su madre, Daniel. Cuando ambos están huyendo, una viga le cae encima a Blake y Daniel la abandona temiendo por su propia vida. Ben, un joven ingeniero, que se encontraba en el mismo edificio que ellos, ayuda a escapar a Blake con la ayuda de su hermano pequeño Ollie.
Una vez los tres están a salvo, consiguen ponerse en contacto con Ray para que les vaya a buscar, pero para su sorpresa un tsunami está a punto de adentrarse en la ciudad y huyen rápidamente hacia un rascacielos cercano.
Cuando el tsunami arrasa toda la ciudad, Ray y su ex-mujer cogen una lancha y se van en busca de su hija, quien se queda atrapada nuevamente en una planta del edificio que está punto de inundarse. Por suerte, Ray (y su superfuerza) consigue rescatarla y los cinco se van a un campo de refugiados.
Finalmente, se ve una imagen de la bahía de San Francisco desplazada de su posición original. Donde antes había tierra, ahora hay agua.
Es muy gracioso imaginarse a Dwayne Johnson trabajando sus músculos a lo largo de la película, desde los bíceps hasta los cuádriceps, no le queda ninguno sin su dosis de entrenamiento.
Mi nota final es de 8/10.
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