El nombre en japonés que recibía antiguamente la ceremonia era "Chanoyu", que posteriormente se modificó por "Wabicha" cuando se simplificó un poco el proceso.
Esta ceremonia puede durar hasta cuatro horas; está vinculada a la filosofía Zen y es una forma de purificación del alma mediante la unión con la naturaleza.
Se utiliza la variedad de té verde en polvo "matcha".
Elementos esenciales
- "Sukiya" (casa de té): Está compuesta por una sala de ceremonias, otra para los preparativos, una sala de espera y un camino de acceso (roji) que conduce a la puerta de la casa de té.
- Utensilios: Una tetera, un recipiente para el té, un agitador de bambú y un cucharón de servir. Los invitados deben de llevar un abanico plegable y unas cuantas servilletas de papel.
- Ropa: Siempre con colores poco llamativos. Cuando la ceremonia es formal, los hombres llevan kimonos de seda de colores lisos con los blasones de la familia y los calcetines blancos.
Fases de la ceremonia
- "Kaiseki" (comida ligera): Los invitados entran a gatas como gesto de humildad y, a continuación, el maestro de ceremonias los conduce por el camino del jardín hasta la sala de ceremonias. Los invitados se tienen que lavar las manos en un recipiente de piedra y enjuagar la boca con agua fresca.
Cada invitado se debe arrodillar ante la capilla y hacer una reverencia respetuosa y, con el abanico ante sí, pueden admirar las pinturas colgadas en la pared. Se repite la misma operación ante el hornillo o brasero que se utiliza para calentar el agua.
Los invitados se colocan cerca del maestro de ceremonias y, una vez los invitados han intercambiado las cortesías de rigor, se sirve la kaiseki, que termina con unos dulces a manera de postre.
- "Naka-dachi" (pausa intermedia): Cuando lo indique el maestro, los invitados han de ir a un banco colocado en el jardín que rodea la casa de té.
- "Goza-iri" (se sirve un té espeso): El anfitrión hace sonar un gong de metal (cinco o siete veces) para indicar que empieza la fase principal del rito. Una vez que los invitados repiten las purificaciones con el agua, éstos vuelven a entrar a la sala.
Los invitados admiran los adornos florales de la tetera mientras el maestro se dirige a la sala de preparativos a por un recipiente para el agua sobrante y un soporte para la tetera. A continuación, éste limpia el recipiente del té y el cucharón con un paño especial y enjuaga el agitador en el cuenco después de verter agua caliente. Luego ese agua la vierte en el recipiente destinado a ello y limpia el cuenco con el "chakin" (paño de hilo).
El maestro de ceremonias levanta el té, coloca el té "matcha" (tres cucharadas por invitado) en el cuenco y añade agua. Mezcla con el agitador de bambú hasta que la mezcla (llamada "koicha" y para la cual se usan las hojas jóvenes de las plantas que tengan más de veinte años de edad) queda con una consistencia espesa y coloca el cuenco cerca del brasero hasta donde el primer invitado se desplazará sobre sus rodillas para cogerlo. Este invitado hace una inclinación a los demás y coloca el cuenco en la palma de su mano izquierda, al tiempo que lo sujeta por uno de sus lados con la derecha, toma un sorbo, alaba su sabor, toma otros dos o más sorbos, limpia la parte del borde por donde ha bebido con una servilleta de papel y pasa el cuenco al siguiente invitado, quien repetirá los mismos pasos.
Una vez que todos los invitados hayan bebido su parte del té, el último invitado le devuelve el cuenco al primero, quien se lo devolverá al maestro de ceremonias.
- "Usucha" (se sirve un té claro): Este té se diferencia del "matcha" en que está hecho con las hojas jóvenes de las plantas que tienen entre tres y quince años de edad. La consistencia es más espumosa.
El té se prepara individualmente para cada invitado, quien se tendrá que beber su cuenco entero preparado con dos cucharadas de té "matcha". Cada invitado deberá limpiar el cuenco por donde ha bebido con los dedos de la mano derecha y, a continuación, los dedos los limpiará con una servilleta de papel.
Una vez que el maestro termina de sacar los elementos de la sala, hace una reverencia en silencio ante los invitados. Con esto se indica a los invitados que el rito ha terminado.
Los invitados abandonan la casa de té, seguidos por la mirada del maestro de ceremonias.
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