Tyler y Rebecca van a pasar una semana al pueblo de sus abuelos. Todavía no tenían el placer de conocerles porque su madre se había distanciado de ellos años atrás.
Así que Rebecca, decidida a pasar una buena semana con sus abuelos decide llevarse dos cámaras de vídeo y grabar todo el proceso para hacer una película sentimentalista.
Cada uno de los hermanos se agencia una cámara y, según van pasando los días, se van dando cuenta de que sus abuelos no hacen cosas muy normales.
Su abuelo, un poco serio, tiene una cabaña en la que guarda alguna que otra cosa nada agradable y, por su parte, la abuela tiene un trastorno en el que a partir de las 9:30 de la noche se comporta de una manera nada habitual.
Al cabo de unos días, se dan cuenta de que allí ocurre algo raro y deciden llamar a su madre, quien les avisa de que se encuentran en la casa con dos personas que no son sus abuelos.
¿Lograrán sobrevivir a la visita?
La historia, a veces, recuerda un poco al cuento de Hansel y gretel, en el que dos niños "abandonados" se encuentran una casa en medio del campo. La abuela les "atiborra" a comida y obliga a la niña a limpiar el horno por dentro.
No se trata de una película de miedo, más bien te pone en tensión de qué podría pasa a continuación. Sin embargo, tiene el suspense justo para engancharte para ver el final.
Destaco sin duda, el trabajo de la actriz que hace de la abuela y el humor del niño, que nos da unos toques de humor bastante apropiados para tratarse de una película de terror.
Mi nota final es de 7'5/10.
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