Cuando llega el verano, la gente, tenga o no pueblo, siente la necesidad de irse a estos lares para disfrutar de estos míticos eventos.
Después de varios meses merodeando las fiestas populares de los pueblos más cercanos, me he dado cuenta de que quizás en estos lugares, tan olvidados en invierno, existe una gran concentración de tradiciones. Así que, vamos a ello.
Comencemos por las orquestas, grandes y pequeñas, con diez cantantes y con una cantante. Sean como sean, todas animan las noches en los pueblos. Bien es cierto, que siempre hay una que va todos los años y que nos encanta especialmente, aunque nos canten siempre las mismas canciones. Y por el contrario, hay orquestas con un sonido... digamos "peculiar"... pero según avanza el show y la ingesta de bebidas... acabamos dándolo todo igualmente.
Hablemos de la concentración de gente en torno a la orquesta según transcurre la noche.
Al principio, podemos ver que la media de edad es bastante elevada, pero a lo largo de la noche va descendiendo con la ecuación ex.
Digamos que todo gira en torno al descanso de la orquesta.
Digamos que todo gira en torno al descanso de la orquesta.
En la primera parte tocan temas típicos de cualquier fiesta, como bachata, pasodoble, salsa, alguna de Manolo Escobar, también alguna para los fans de Raphael... y todo un repertorio de canciones que la gente que osa bailar lo hace siempre de la misma manera, hombre y mujer de frente, pegados el uno al otro y moviendo los pies al son de la música (a veces también se incluye alguna vuelta rápida que deja a un miembro de la pareja desestabilizado).
En esta parte también encontramos a los más pequeños de las casas, viendo ojipláticos a esos señores que están cantando en un escenario super-alto. Aunque alguno que otro anda corriendo por entre la gente, perseguido por sus padres para que se esté quieto.
Generalizando por sexos, se observa también que la mayoría de hombres de mediana edad, sostienen la copa con la cabeza gacha, con tal de evitar que su suegra les saque a bailar y pasar la vergüenza de su vida.
Se va acercando el descanso y ya se dejan oír algunos de los temas pop más actuales del año, sin olvidar grandes hits como "Bomba", "Mayonesa", la de Enrique Iglesias del año pasado... entre otras.
En ese momento empieza a aparecer la juventud, cargada de botellas, neveras o cualquier otro invento que les permita realizar el ritual de la alcoholización de la forma más fresquita posible.
Llega el descanso y la gente mayor desaparece de la plaza, que ni Dynamo con el mejor de sus trucos, aunque es verdad que siempre aguanta algún valiente, y nada más empezar la segunda parte empieza a quejarse del ruido.
Ya está todo preparado para continuar, el telón se levanta y comienza a sonar la música de nuevo. Pero la gente todavía se ve tímida, el volumen de alcohol en vena debe de ser todavía escaso...
Empieza el espectáculo de nuevo, se escuchan las canciones que nadie ha oído en todo el año pero que se saben, debido a que todos los años son las mismas. Ejemplos: "Pa' qui, pa' lla", "Legalización", "Fiesta pagana"... aunque, dependiendo de la orquesta el repertorio varía un poco e incluso podemos oír algo de ACDC y por supuesto "The final countdown".
El telón va bajando poco a poco, y la orquesta parece que va a acabar, pero los personajes situados más adelante alzan en coro: "Otra, otra, otra..." Y todos sabemos que ese es el punto débil de una orquesta (aunque no se les pida, van a cantar igualmente). Volverán a subir el telón, a cantar tres canciones y "Con esto nos despedimos hasta el año que viene, muchas gracias _________ (introducir nombre del pueblo) por esta grandísima noche, os dejamos en manos de la discoteca móvil, buenas noches, un abrazo y hasta siempreeeeeeeee".
Y cuando empieza la discoteca es cuando la llamada fauna nocturna está ya dándolo todo, como si no hubiera mañana, la cosa es que sí que hay mañana y que ahí volverán a estar otra vez, con cubata/botella en mano esperando a que llegue el descanso de la orquesta para ir apareciendo de nuevo.
Todo se acaba, y la discoteca no iba a ser menos. Entonces algún personaje dice: "Esperar, que ahora traigo yo mi coche". Y ahí en el medio de la plaza, a todo volumen y a las 7-8 de la mañana continúan unos pocos disfrutando de la combinación del más bello amanecer y de la música más pastillera que sus oídos podrán soportar.
Y a la cama, a "descansar", que al día siguiente hay que repetir
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