Desde que
encontramos el sitio idóneo donde plantar la sombrilla hasta que nos deshacemos
de toda la arena acumulada en cuerpo, toallas y demás accesorios, podemos
divisar personajes en este idílico lugar.
Empecemos
por los más pequeños. Armados con sus cubos y palas dispuestos a construir el
castillo más grande a la orilla del mar, veremos varios especímenes:
- El que está
más blanco que una nevera recién comprada, y no porque no esté todavía moreno,
si no porque sus padres le han echado un bote entero de crema factor +100 para
protegerle contra los rayos del sol hasta aislarlos de la luz.
- Gracias al
adhesivo creado por la crema anteriormente dicha, los niños empiezan a
rebozarse por la arena convirtiéndose en auténticas croquetas humanas.
- En su larga
travesía desde el agua hasta su toalla, van dejando un rastro desolador de
arena y salpicaduras en las toallas ajenas.
Y
continuamos con otros personajes propios de cualquier playa de la Costa del
Sol.
- Después de
encontrar un sitio para meternos en el mar, debido al tráfico provocado por
padres y madres que vigilan a sus cachorros, levantamos las manos para
conseguir que éstas sean la última parte de nuestro cuerpo que se moje. Qué nos
pensamos, ¿qué así evitaremos el frío del agua?
- Señoras con
gorros de piscina, sombreros, pañuelos, gafas y todo tipo de complementos de la
temporada primavera/verano de El Corte Inglés de hace más de 20 años. Hay que
destacar que aunque haya unas olas de 10 metros, los complementos salen
totalmente secos después del remojón.
- Desde
cualquiera de los países más al este de Europa, nos encontramos con los sujetos
más rojos de este ecosistema. Como diría mi abuela, encarnao; un rojo que duele solo de verlo. La pregunta es, ¿por qué
se queman como si no hubiera mañana? ¿No saben de la existencia de los
protectores solares? Yo creo que los padres de los niños del punto primero les
deberían de dar unas clases prácticas.
- Los que
juegan a las palas. Aquí hay un mundo, pero en resumen: los que no saben jugar
y los que se creen que saben jugar.
- Otro tema a
tratar es el postureo, aquí tanto
hombres como mujeres deleitan al sexo opuesto con sus largos y bohemios paseos
al margen del agua.
- Con el
bañador bien subido y con la gorra del mundial de España ’92, nos encontramos
con el patriótico señor de buen año.
Y para
finalizar un enigma, digno de Cuarto Milenio, que cuenta que si dices tres
veces Nivea en voz alta, se te aparece una pelota.
Eso sí, no
sabes cuándo volverá a desaparecer…
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